Hojas grandes y aterciopeladas: El Philodendron gloriosum es conocido por sus hojas de gran tamaño, en forma de corazón y de un profundo color verde aterciopelado. Estas hojas tienen venas blancas o plateadas que destacan y aportan un fuerte contraste, haciéndolas especialmente ornamentales. Su textura aterciopelada también añade un toque lujoso y elegante.
Crecimiento rastrero: A diferencia de otros Philodendron que son trepadores, el gloriosum crece de forma rastrera, extendiéndose horizontalmente a medida que desarrolla un tallo subterráneo o rizoma. Esto hace que se vea impresionante en macetas anchas y bajas que permitan que su rizoma tenga espacio para extenderse.

• Luz:
  • Prefiere luz indirecta brillante, aunque también puede adaptarse a niveles moderados de luz. La exposición directa al sol puede quemar las hojas aterciopeladas, por lo que es mejor mantenerlo en una zona con luz filtrada.
  • En interiores, ubícalo cerca de una ventana donde reciba buena luz, pero siempre protegida del sol directo.
• Riego:
  • Al Philodendron gloriosum le gusta el sustrato ligeramente húmedo, pero es importante evitar el encharcamiento. Riega de forma regular, dejando que la capa superior del sustrato se seque ligeramente entre riegos.
  • Durante el invierno, puedes reducir la frecuencia de riego, ya que la planta entrará en una fase de crecimiento más lenta.
    

    Problemas comunes:

    • Hojas amarillentas: Pueden indicar problemas de riego, generalmente exceso de agua. Asegúrate de que el sustrato drene bien y ajusta el riego si es necesario.
    • Bordes secos: Si los bordes de las hojas se secan o se enrollan, podría ser una señal de baja humedad o exposición al sol directo. Aumenta la humedad ambiental o aleja la planta del sol directo.
    • Plagas: El Philodendron gloriosum puede ser vulnerable a ácaros, cochinillas y pulgones, especialmente en ambientes de interior. Revisa sus hojas y tallos regularmente y, si es necesario, aplica un jabón insecticida suave o aceite de neem.