Una de sus características más notables es el follaje. Sus hojas pueden llegar a medir más de un metro de longitud y suelen ser de un verde oscuro, con una textura suave y aterciopelada. Este tipo de follaje colgante se adapta especialmente bien a cestas o a espacios donde sus hojas puedan colgar libremente, creando un aspecto muy atractivo. En su hábitat natural, el Anthurium vittarifolium crece como una planta epífita en los árboles, lo que significa que no necesita un suelo pesado y puede beneficiarse de sustratos bien aireados y drenados.

• Luz:
  • Prefiere luz indirecta brillante, simulando la luz que recibe bajo el dosel de los árboles en su hábitat natural. La luz insuficiente puede hacer que las hojas pierdan vigor y que el crecimiento se vuelva más lento, mientras que la luz directa puede quemar las hojas.
  • Idealmente, se debe ubicar cerca de una ventana orientada al este o al norte para asegurar una luz suave.
• Riego:
  • Necesita un riego regular, manteniendo el sustrato ligeramente húmedo, pero no encharcado. Es importante que el sustrato tenga buen drenaje para evitar la pudrición de las raíces.
  • En invierno, reduce la frecuencia de riego, ya que el crecimiento suele ralentizarse en esta época y el exceso de agua puede afectar su salud.
•